Pseudomonas, microorganismos de biocontrol en agricultura
La presencia de Pseudomonas en el suelo agrícola facilita los mecanismos naturales de biocontrol en la rizosfera de tus cultivos
Ya en los años 60 se empezaron a relacionar la presencia de microorganismos no patógenos en el suelo con la ausencia o disminución de enfermedades de origen edáfico en los cultivos. Estos suelos colonizados se consideraban “supresivos”. Con el tiempo, esta gran variedad de microorganismos autóctonos se ha ido aislando y hoy día se les conoce como agentes de biocontrol.
Entre los microorganismos beneficiosos más importantes se han descrito las diferentes especies de bacterias del género Pseudomonas capaces de favorecer activamente el crecimiento de las plantas aun en presencia de suelos infectados de hongos y bacterias patógenos responsables de numerosas enfermedades radiculares.
La eficacia de estas bacterias depende muy directamente de la cepa por lo que durante las dos últimas décadas se están aislando y produciendo para la agricultura aquellas que mejor y más rápidamente se asocian al sistema radicular y manifiestan un mejor comportamiento antagonista frente a al amplio rango de hongos patógenos del suelo.
Las Pseudomonas actúan de una doble manera sobre el cultivo: promueven el crecimiento vegetal y suprimen a los microorganismos patógenos. Hay quien ha sugerido que estimulan el establecimiento de otros microorganismos beneficiosos asociados a las raíces como las micorrizas. Las Pseudomonas producen un incremento de la disponibilidad de Fósforo y nitrógeno en forma asimilable para la planta debido a la producción de fitohormonas estimuladoras de la actividad vegetativa, así como la degradación de precursores del etileno.
La supresión de enfermedades parece estar relacionadas con la secreción de metabolitos antimicrobianos, la competencia por el hierro, la mayor facilidad para colonizar la rizosfera, la inactivación de la germinación de las esporas de otras especies de hongos, la inactivación de toxinas, la inducción de los mecanismos propios de defensa que poseen los vegetales a través de exudados radiculares inmunoprotectores y la producción de enzimas extracelulares (quitinasa, glucanasa, laminarasa, etc) capaces de digerir las paredes celulares de los hongos patógenos.
Un buen agente de biocontrol, como las Pseudomonas, debe tener una alta tasa de reproducción, un alto poder competitivo frente a otros microorganismos autóctonos, un cierto grado de inmunización frente a los exudados radiculares, ser poco exigente en cuanto a sus necesidades nutricionales, producir metabolitos supresivos para sus competidores y capaz de sobrevivir en un amplio rango de valores de temperatura, humedad, salinidad, textura y PH del suelo.
Una de las consecuencias de colonizar la rizosfera de los cultivos con Pseudomonas es la reducción en el uso de sustancias fungicidas en línea con las nuevas estrategias marcadas por la directiva europea en materia de lucha integrada que prioriza aquellas técnicas de lucha que minimicen el empleo de materias activas residuales.
CONTROL BÍO dispone de varias cepas seleccionadas de Pseudomonas