Control biológico del pulgón en arándano
España es uno de los principales productores europeos de arándano (vaccinium sp.). El cultivo de este arbusto ericáceo tiene tres limitaciones importantes de tipo edafoclimático: el viento que daña los frutos y los hace caer precipitadamente, las heladas que no deben aparecer en época de floración y el PH del suelo que debe ser ácido.
Entre los principales problemas fitosanitarios que padece el productor de arándanos están los pulgones Aphis gosypii, Aphis spiraecola, Myzus persicae y el peligroso Ericaphis scammelli de reciente aparición especialmene dañino por ser el transmisor del Blueberry Scorch virus. El daño sobre la plantación es debido a problemas de crecimiento cuando se afectan los brotes apicales en primavera y posteriormente a la depreciación del fruto por la presencia de melaza y la consiguiente aparición del hongo saprófito asociado de la negrilla.
Para el control de áfidos está muy recomendado el empleo de enemigos naturales pues el catálogo de químicos está muy restringido legalmente. El manejo de un número muy limitado de materias activas termina provocando problemas de resistencia. El arándano destinado al consumo en fresco tiene además un problema añadido derivado de la necesidad de preservar su recubrimiento pruinoso que lo hace tan atractivo y que resulta ser muy sensible al contacto de productos fitosanitarios.
Siguiendo las directrices de la gestión integrada de plagas, antes de recurrir al empleo de pesticidas que dañan el equilibrio ecológico del agroecosistema, es necesario implementar técnicas de control biológico basadas en el establecimiento de los enemigos naturales autóctonos y reforzados con sueltas de auxiliares comerciales en épocas críticas. Una de ellas es justo a la entrada de la primavera cuando los pulgones tienden a expandir sus poblaciones coincidiendo con el aumento de las temperaturas . En este momento es necesario disponer ya de suficientes depredadores y parasitoides dispuestos a defender el cultivo. Para conseguir niveles poblacionales elevados de estos enemigos naturales a principios de primavera, CONTROL BÍO propone un novedoso y eficaz sistema.
Consiste en sembrar hacia mediados de Diciembre, entre las líneas de cultivo, un cereal barato (trigo, avena, etc) el cual se infecta poco después y de manera intencionada, con pulgones propios de gramíneas (Ropalosiphon padi, Sitobion avenae, etc) sin capacidad infectiva sobre las plantas de arándano. Este sistema (gramínea-pulgón específico) actúa como “banker” cuya finalidad es ofrecer alimento vivo “fresco” a la artropofauna afidófaga y permitir así su multiplicación masiva in situ dentro de las parcelas de cultivo. Esto permite al agricultor disponer de suficientes efectivos capaces de poner freno a la libre colonización de los verdaderos enemigos del arándano que son los pulgones polífagos antes mencionados.
La presencia de abundante pulgón entre calles atraerá de manera espontánea a sus depredadores autóctonos presentes en las inmediaciones de la explotación como la crisopa (Chrysoperla carnea), el mosquito cedidómido Aphidoletes aphydimiza, o las moscas sírfidas (Epysirphus balteatus) con alta capacidad de búsqueda de los nuevos focos de pulgón.
En el mercado actual existen numerosos depredadores que pueden soltarse preventivamente sobre este sistema de plantas banco como el coccinélido Hippodamia variegata (mariquita de adonis) recomendado por CONTROL BÍO pues es altamente prolífico y resistente.
Pero la máxima eficacia se obtiene con la suelta temprana, hacia el mes de febrero o marzo, de Lysiphlebus testaceipes, una avispa autóctona altamente adaptada a nuestro clima que ya podemos ofertar gracias al equipo de investigación de BIOMIP, una empresa almeriense que lleva años apostando por este magnífico parasitoide. La supervisión de nuestros técnicos en campo determinará la necesidad de repetir la suelta hacia el mes de abril para asegurarnos de que el parasitoide está bien establecido y de que el problema de pulgón queda eficazmente controlado.