PROCESSATRAP COLLAR, la nueva trampa contra procesionaria
PROCESSATRAP COLLAR es una trampa diseñada para interceptar la bajada de la procesionaria desde sus bolsones de refugio ubicados en las copas de los pinos hasta el suelo. A finales de invierno o principios de primavera, la fase larvaria de la procesionaria necesita descender por el tronco hasta el suelo para buscar bajo tierra un lugar apropiado para transformarse en polilla. Este proceso (pupación) supone un peligro potencial para las personas y sus mascotas debido a la reacción cutánea severa que provoca el contacto con los pelos urticantes que desprenden.
¿Cómo funciona la trampa?
Aprovechando esta vulnerabilidad, se ha diseñado una herramienta de captura masiva muy sencilla que consiste en redirigir la procesión de orugas mediante un deflector hasta una bolsa elevada rellena con tierra que hace las veces de falsa cámara de pupación y de la que no pueden escapar.
La nueva trampa de collar ha mejorado este año muchos aspectos que la hacen más funcional:
- Los tres o cuatro modelos de longitud variable, han sido sustituidos por un solo prototipo de 110 cm simplificándose notablemente la logística de distribución y transporte.
- El perímetrado completo de cada pino se consigue por añadidura de dos sencillos suplementos compatibles entre sí.
- El deflector se fabrica en un plástico de calidad que permite su unión mediante grapadora
- El tubo coarrugado de acceso al bolsón ha sido sustituido por un tubo rígido que no se ocluye
- El fleje de sujeción de la trampa ha sido mejorado mediante bridas tensoras de nylon.
¿Cuándo hay que colocar la trampa processatrap?
Justo antes de que empiecen las procesiones a descender por los troncos de los pinos. Esta fecha es variable dependiendo de la zona geográfica de la península y suele estar comprendida entre febrero y abril. Es conveniente dejar la trampa puesta hasta mayo para asegurar que se han recogido todas las orugas del árbol.
¿Cómo se coloca la trampa?
¿Cómo deshacerse de las capturas?
Con ayuda de unos guantes y unas gafas de protección descolgamos la bolsa y la vaciamos en el fondo de un hoyo realizado previamente con una profundidad superior a los 30 cm, enterramos y compactamos el terreno. Se recomienda lavar la bolsa y tirarla a un contenedor de recogida de plásticos. El resto de los materiales de la trampa, se lavan abundantemente, se dejan secar y se guardan para el año siguiente.