Quiero pájaros en mi jardín

CREO QUE SE DE LO QUE HABLO. ESTOY VIVO DE MILAGRO.

Hace ya tiempo que estuve ingresado en urgencias y lo pasé mal. A pesar de llevar máscara, me intoxiqué por el contacto prolongado del dimetoato con el cuero cabelludo. Por entonces, no me faltaba el trabajo. Por el módico precio de 5.000 pesetas trataba las plagas de los jardines particulares con un atomizador gastando potingues químicos a diestro y siniestro. Con el tiempo me fui dando cuenta de que todos los años me llamaban los mismos clientes con el mismo problema y pensaba en voz baja: esto es lo que quieren Monsanto, Bayer y las grandes multinacionales dedicadas a la fabricación de fitosanitarios, que nunca se acaben las plagas. Uno de mis mejores clientes (saludos Gonzalo) me preguntó porqué la bignonia del jardín abandonado que tenía la parcela de enfrente apenas tenía plaga y en cambio por debajo de la suya te quedabas pegado en la melaza a pesar de haber sido tratada sistemáticamente todos los años contra el pulgón. Esto fue el detonante para colgar definitivamente aquel ruidoso artefacto.

15 años después he comprobado cómo la lucha química es una batalla perdida que no acaba con las plagas, contamina el medio ambiente y pone en riesgo la salud de nuestros hijos y mascotas. Las bombas químicas esquilman la microfauna, eliminan los depredadores naturales y desequilibran el ecosistema. El exterminio apenas dura media hora.

LA NATURALEZA ES AGRADECIDA. SOLO NOS PIDE UN POCO DE PACIENCIA

 Desde Control Bío proponemos otro sistema de control basado en el equilibrio entre las plagas y sus depredadores naturales. En jardinería todo es más sencillo que en agricultura. A veces basta simplemente con bajar el listón que inconscientemente hemos heredado de la agricultura. Si los limones tiene la piel manchada con piojo rojo, se lavan, no pasa nada. Mi jazmín preferido  lleva años padeciendo palomilla (glifodes)  sin menoscabo importante de su salud y su floración así es que la dejo aunque tenga que barrer de vez en cuando los excrementos del suelo. Una población de fitófagos es plaga cuando supera un determinado umbral de daño y en jardinería eso ocurre en contadas ocasiones.

Lo primero que urge es no volver a utilizar pesticidas. He podido constatar lo rápido que recompensa el medio ambiente aquellos lugares que dejan de utilizar fitosanitarios. A los pocos meses los enemigos naturales autóctonos empiezan a hacer acto de presencia y en un par de años, el panorama cambia radicalmente, hay que tener un poco de paciencia.

YA PRONTO LLEGA LA PRIMAVERA

Lo segundo es conocer las plagas y enfermedades que casi con toda seguridad aparecerán en el jardín. De esta manera, trabajaremos de manera preventiva que es la que mejor funciona y más barato nos sale. Básicamente pulgon en primavera, algo de cochinilla, psila y araña roja, gusanos en el césped, picudo en las palmeras y moscas tefrítidas de la fruta en nuestra parcelilla de frutales.

Por último, debemos ir introduciendo en nuestro jardín elementos compensatorios para intentar llegar a un ecosistema que funcione de manera sostenible. Hablamos de realizar trampeos selectivos con trampas y feromonas (moscas de la fruta, olivo, cerezo e higuera), instalar sustancias atrayentes de la fauna auxiliar, realizar sueltas puntuales de insectos y ácaros beneficiosos y por último, realizar tratamientos con productos ecológicos de residuo cero a base de extractos vegetales, jabones naturales y microorganismos entomopatógenos.

Para los que tengáis interés en entrar en este apasionante mundillo, os hemos preparado tres soluciones agrobiológicas en forma de packs. Si teneis alguna duda, no dudéis en enviarnos un mail, estamos detrás intentando prestar apoyo. Cuando veais petirrojos, mosquiteros o carboneros en vuestro jardín, es que la cosa empieza a ir bien. Ánimo.

Y suerte.