Con la entrada en vigor de la nueva normativa sobre fitosanitarios en España, el control biotécnico en las zonas verdes va a empezar a tomar protagonismo dentro de los planes de lucha integrada de plagas.
Ya se emipezan a ver trampas de feromonas en las zonas de huerto y en las plantaciones de frutales pero, hay que decirlo, los mosqueros y polilleros amarillos convencionales no se deben de poner en un jardín.
Tanto en la agricultura como en las masas forestales, los colores vistosos de las trampas ayudan a los agricultores y técnicos de campo a visualizarlas desde lejos haciendo que sea más fácil y cómodo el trabajo de inspección rutinaria de monitoreo. Pero en jardinería (imaginemos una zona residencial, un hotel o un parque urbano), la presencia de estos utensilios colgando de las ramas es antiestético y centraliza la atención del usuario cuando el verdadero protagonista debe ser el elemento vegetal.
Ahora con la nueva gama de trampas verdes, el jardinero puede colocar estos dispositivos de una manera discreta camuflados entre la vegetación.
La nueva línea de trampas incluye:
Os dejamos los enlaces para ampliar la información:
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IniciarEstas colmenas pueden modificarse desde la biofábrica para adaptarlas a las necesidades reales de su finca.
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